Guatemala
no es
esa primavera
que nos enseñaron a creer
por la
alegría que se asocia a la estación
ni por la presencia
eterna del verde/
del
amarillo de las flores de t’zum en octubre/
del rojo de
las pascuas en diciembre/
del lila de
las jacarandas en marzo/
ni del eterno
azul tras los volcanes.
La verdura
de las plantas/
el color de las flores
de Guatemala/
ha sido
abonada con sangre
- como dijo
Neruda -
y es
irrigada eternamente
con el
llanto de sus hijos/
del cielo/
con el
llanto eterno de las flores.
Guatemala
será la primavera
cuando dejen
de llorar sus muertos/
los hijos de
los muertos
y los hijos
de los hijos de los muertos/
y se haga
justicia a los que derramaron
sangre y llanto sin ternura
por toda la
eternidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario